
Juan Sebastián Elkano nació, probablemente hacia 1476, en la villa de Getaria (Gipuzkoa), dentro de una familia de pescadores y marinos acomodados, que contaban con casa y embarcación propia.
Desde muy joven, se enroló en barcos pesqueros y comerciales, por lo que adquirió gran experiencia marinera. Hacia 1509, contaba con una nave de 200 toneladas con la que tomó parte en la expedición militar contra Argel, que fue dirigida por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros. Posteriormente tomó parte en otra campaña en Italia, esta vez a las órdenes del Gran Capitán.
Durante esta última campaña, Elkano tuvo que hipotecar su nave a unos mercaderes saboyanos para poder pagar los sueldos que adeudaba a su tripulación, que había amenazado con amotinarse. El navegante vasco esperaba la llegada de la compensación económica que le debía la Corona por los servicios prestados en la campaña militar de Italia, pero ésta no acabó de llegar, e incapaz de saldar su deuda en plazo, se vio obligado a entregar su nave a los saboyanos.
Al hacer esto, Elkano incurrió en un delito, ya que una ley vigente en la época prohibía vender embarcaciones armadas a extranjeros en tiempos de guerra. Perseguido por la justicia y arruinado, Elkano se vio envuelto en una situación casi desesperada.
Hacia 1518 o 1519 se establece en Sevilla, donde conoció el proyecto que estaba preparando el marino portugués Fernando de Magallanes para descubrir una ruta a las Indias por Occidente, a través de un paso o estrecho por el sur de América, que llevara a las islas de las especias sin necesidad de bordear el continente africano ni atravesar dominios portugueses.
La expedición de Magallanes tenía gran dificultad para reclutar tripulación por lo incierto del viaje, por lo que ésta se formó, en buena medida, con desesperados, deudores y forajidos de la justicia como el propio Elkano.

Fue así como, en 1519, Elkano se alistó en la expedición de Magallanes. Su experiencia le valió un cargo relativamente importante en la expedición; fue nombrado maestre de la nave Concepción, una de las cinco que componían la escuadra.
El 20 de septiembre, la expedición zarpó de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) con la intención de encontrar el paso marítimo hacia los territorios de las Indias Orientales y buscar el camino que llegase a las Islas de las Especias (lo que era la llamada ‘Ruta hacia el oeste’ que ya había buscado Cristóbal Colón).
La expedición de Magallanes-Elkano estuvo plagada de contratiempos y dificultades. Tras la muerte de Magallanes en Filipinas en 1521, durante una escaramuza con los indígenas, Gonzalo Gómez de Espinosa fue elegido jefe de la expedición, y al frente de la nao Victoria se puso de capitán a Juan Sebastián Elkano. Tras arribar a las islas Molucas, objeto del viaje, se emprendió el regreso a España.
Elkano toma finalmente el mando de la expedición de regreso. Tenía el problema de volver a España con lo que quedaba de la expedición sin conocer el camino de vuelta por el Pacífico, y parecía una locura intentarlo, por lo que eligió navegar por los mares portugueses hacia el oeste, bordeando África por rutas conocidas y con posibilidades de hacer aguadas.
Tras atravesar el océano Índico y dar la vuelta a África, completó la primera circunnavegación del globo, consiguiendo llevar a término la expedición y llegar al puerto de partida, Sanlúcar de Barrameda, el 6 de septiembre de 1522 en la nao Victoria, junto con otros 17 supervivientes, lo que suponía el logro de una imponente hazaña para la época. Finalmente, el 8 de septiembre, fue descargada en Sevilla la única nave que había logrado regresar.
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